El hierro forjado es un material muy resistente y duradero. Su composición hace que sea una buena elección para verjas, barandillas, barandas, puertas, elementos de protección… situados al aire libre. En este post vamos a dar una serie de consejos sobre el mantenimiento de las verjas de forja con el objetivo de que nos duren muchos más años.

Características del hierro forjado

La forja se obtiene de una aleación del hierro que a diferencia de otro tipo de aleaciones metálicas contiene muy poco carbono. El hierro se somete a un proceso de calentamiento a altas temperaturas y se deforma mediante fuerzas de compresión (golpea) hasta darle la forma que se desee, posteriormente se endurece, enfriándose rápidamente. Este proceso de fabricación del hierro forjado lo transforma en un material resistente, duradero y maleable.

El hierro forjado de Arteferro

En Arteferro buscamos los más altos estándares de calidad del hierro forjado. Nuestros ingenieros y expertos en forja buscan materiales que aúnen protección y belleza. Constantemente estamos investigando e innovando para obtener productos que destaquen por su estética y su alta resistencia. Para ello utilizamos los mejores materiales y las tecnologías más avanzadas del mercado. El resultado de esta innovación e investigación se plasma en los más de 32.000 artículos de nuestro catálogo.

Mantenimiento del hierro forjado: verjas, puertas, barandillas…

Como hemos dicho el hierro forjado destaca por su durabilidad y resistencia. Con el fin de que estas propiedades perduren durante décadas, en Arteferro os aconsejamos seguir unas sencillas tareas de mantenimiento. Es un material que no requiere de grandes cuidados.

Limpieza de las verjas de forja

El polvo, la suciedad, la contaminación, la humedad son factores que afectan negativamente a la forja. Reducir su impacto es muy sencillo realizando tareas de limpieza cada cierto tiempo. Según las condiciones ambientales del lugar, la limpieza debe ser más continuada en el tiempo. Por lo general, una limpieza en profundidad una vez al mes será suficiente. Para el resto del tiempo, una vez a la semana o dos veces, os recomendamos eliminar el polvo con un trapo seco para que así no se incruste en el material.

Para la limpieza en profundidad será suficiente con realizar esta sencilla tarea. Primero quitar el polvo en seco y posteriormente, con un trapo ligeramente humedecido en una mezcla de agua y jabón neutro lavar la verja de forja. Aclarar bien, para que no quede ningún rastro de jabón en la verja y acto seguido secar completamente. Es mejor utilizar trapos que no suelten pelusas.

Actúa de inmediato contra la oxidación

La tarea de limpieza nos servirá, a su vez, para revisar toda la superficie de la verja y descubrir arañazos, grietas que son las que provocan que se inicie el proceso de oxidación. Aunque la forja es muy resistente y duradera, la contaminación y la humedad sobre todo en zonas de costa, le afecta y puede oxidarla. Cuanto antes se detecte el óxido, el deterioro será menor y menos costosa será la reparación. Es importante una vez al año renovar el esmalte protector con el que se trata la forja para evitar su oxidación.

Si durante la limpieza hemos descubierto grietas, arañazos o la presencia de óxido, debe actuarse inmediatamente. Debemos lijar la zona y alrededores de la superficie afectada, hasta eliminar el óxido por completo. Limpiamos y secamos a conciencia (como hemos explicado en el apartado anterior) para que no quede ningún resto y acto seguido aplicamos el esmalte o barniz antióxido. Si son necesarias varias capas, es importante dejar secar totalmente cada capa, antes de aplicar la siguiente. Finalmente pintamos la verja de forja del color elegido.

Galvanizado de una verja de forja

Para proteger las verjas de forja y el resto de elementos decorativos o de protección fabricados en hierro forjado que están en ambientes de exterior, es muy útil realizar un galvanizado de los mismos. Este proceso consiste en aplicar una capa de zinc sobre el hierro forjado. Así, protegemos las estructuras de los factores adversos que provocan la oxidación.